Una escena de gimnasio procedente de una vasija griega: los dos gimnastas de la izquierda (uno demasiado delgado y otro demasiado gordo) se mueven con torpeza y quedan casi ridiculizados por los dos hermosos atletas de la derecha. Los juegos gímnicos griegos se caracterizaban por dos fuertes pasiones que brillan por su ausencia en nuestro deporte: el sentimiento religioso y el amor.
Las estatuas de los kouroi presentan unos rostros cuyos rasgos muestran la típica sonrisa que expresa el ideal de la kalokagathia: la imperturbabilidad que procede de la conciencia de la propia superioridad absoluta: la ausencia de toda pasión contingente.
El ideal ético-estético de la aristocracia griega llegó a su máxima expresión en las estatuas del kouros o Apolon, que decoraban los templos del período arcaico y que se caracterizaban por la posición frontal, la simetría, la estilización geométrica de la figura y de sus órganos, la inmovilidad total y la imperturbabilidad de la expresión. No está claro si representaban divinidades, héroes semidivinos u hombres excepcionales (las estatuas dedicadas a los atletas vencedores en las competiciones gímnicas eran muy similares).
El esclavo demuestra su propia exclusión del género humano y la inmoralidad de sus tendencias psicológicas mediante la fealdad del cuerpo asociada a la hipertrofia sexual.
TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO