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PROFUNDIZACIÓN RITOS DIONISÍACOS



Una de las particularidades de las representaciones de Dioniso (el ánfora que reproduce su gran máscara es del s. VI a.C.) es la visión frontal. Mientras que todos los dioses siempre se representaban de perfil, Dioniso era retratado de frente y su mirada, fuertemente interrogante, se dirige hacia el espectador. La máscara teatral procede de los cultos dionisíacos.


El momento culminante del éxtasis consistía en la caza de un animal salvaje que debía ser sacrificado con las manos desnudas, despedazado y luego comido todavía caliente y sangrante.


La danza desempeñaba un papel importante en el logro del éxtasis dionisíaco: debía ser lo más estrambótica posible, desarticulada e inconexa, alejada de cualquier regla, liberadora. Para este fin, las ménades o bacantes se dotaban del tirso, una vara rodeada de hiedra y cargada en un extremo con piñas, cuya única función era la de desequilibrar a la danzante.


En la historia del arte, el esquema gestual representativo de la danza dionisíaca (con la cabeza echada hacia atrás, como en este altorrelieve del escultor Skopas) se ha fijado como imagen estereotipada del éxtasis y de la locura (-->).


TOMADO DE ATLAS UNIVERSAL DE FILOSOFÍA - OCEANO